Entender la Tutoría es entenderla desde la razón misma de los fines de la educación. Es por ella que debe enmarcarse en cada momento dentro de la educación en sí.
Las razones son:
a) Un primer elemento es el concepto de la propia educación como orientación para la vida.
La educación, toda ella, puede verse bajo el prisma de la orientación:
la educación es orientación en tanto que preparación para la vida, la
cual se desarrolla en un itinerario personal que determinan
circunstancias externas, pero que, en alguna medida, las opciones
propias de cada persona contribuyen también a determinar. En este
sentido, la orientación es la propia educación bajo el aspecto de
maduración de la personalidad de cada alumno concreto y de la concreción
de su camino en la vida. Bajo este punto de vista, el énfasis en la
orientación destaca que los aprendizajes han de ser funcionales, estar
en conexión con el entorno de los alumnos y guardar relación con el
futuro previsible que a éstos les aguarda o que, más bien, activamente
llegarán a elegir. El proceso orientador articula los aspectos sociales e
individuales de la educación y ha de contribuir a entroncar la función
socializadora del centro educativo en el desarrollo personal de los
alumnos.
b) La orientación puede verse, por otra parte y además, como asesoramiento sobre caminos diferentes
y sobre las correspondientes opciones que pueden emprender las
personas. Hay casos en que el alumno ha de elegir entre alternativas
distintas, o en que, a consecuencia de decisiones académicas
(calificaciones escolares, u otras), se ve encaminado hacia alguna de
las alternativas. En unos y otros casos, en un proceso de decisión que
corresponde a los propios alumnos, o bien a los profesores, tiene su
lugar y su papel la orientación como función y actuación específica.
Cuando se plantea la promoción de un alumno de un ciclo a otro, o la
mejor ubicación escolar para él, la evaluación de las capacidades
actuales del sujeto ha de ir acompañada de la orientación respecto a las
posibilidades más interesantes de futuro. La necesidad de orientación
será tanto mayor, cuanto más variadas y complejas sean las posibilidades
donde el alumno puede elegir, como sucederá en los últimos años de la
Secundaria o en sus estudios superiores.
c) La orientación, de acuerdo con el currículo de la Educación Secundaria Obligatoria, significa también educar en la capacidad para tomar decisiones
propias, sobre todo aquellas que tienen una mayor transcendencia
personal o que comprometen el futuro. No es una tarea que haya de
restringirse a la acción del tutor, ya que todo profesor tiene de hecho
oportunidad de trabajar en ella, pero constituye uno de los cometidos
principales de la tutoría, así como del Departamento de Orientación.
Máxime en la etapa de la adolescencia, cuando se presentan posibilidades
u opciones educativas que obligan a adoptar responsablemente decisiones
de gran alcance.
d) La orientación psicopedagógica consiste, bajo un cuarto aspecto, en la educación sobre el propio proceso educativo:
en la instrucción y capacitación de los alumnos para sus procesos de
aprendizaje. La investigación educativa más reciente ha destacado la
importancia de las capacidades generales y de los aprendizajes de
estrategias de control, que dirigen el desarrollo y desempeño de otras
capacidades y aprendizajes más concretos, así como el uso de destrezas
rutinarias. Una parte de esas capacidades se recoge bajo el nombre de
"metacognición", que quiere decir: conocimiento acerca del propio
conocimiento, conciencia acerca del propio pensamiento. Otra parte, más
importante incluso, es la de las estrategias de control y manejo de
procedimientos de aprendizaje: ahí se incluyen desde las más clásicas
técnicas de estudio y de rendimiento de la memoria, hasta las más
recientemente investigadas y crecientemente apreciadas capacidades de
aprender a aprender, de búsqueda y organización de la información
pertinente, de automonitorización, autocorrección, autoevaluación y, en
general, de aprender por uno mismo. Son capacidades que se requieren
para poder acceder a ciertos contenidos del currículo o a ciertos
niveles de los mismos. En ese sentido constituyen requisito previo para
contenidos curriculares concretos. Son, por otra parte, modos y
estrategias generales aplicables a una gama amplia de contenidos. En
muchos casos, la intervención educativa para la adquisición de esas
estrategias y capacidades por parte de algunos alumnos habrá de ser
realizada por el profesor especialista de Psicología y Pedagogía. Pero
también los tutores y profesores, en general, pueden colaborar a ello,
convenientemente asesorados por ese especialista.